domingo, 16 de noviembre de 2008

A un amor perdido

Esta noche me he acordado de ti. Mejor dicho, me he acordado nuevamente de ti, pero por alguna razón esta vez has entrado fuerte y hasta  que no has logrado que dejara constancia de mis pensamientos no has querido irte. El resultado es este. Una disculpa que  tenia que haber llegado mucho antes que hoy.
Digamos que lo nuestro fue corto pero intenso y prueba de ello es que, a pesar del tiempo transcurrido, puedo hoy relatarte al detalle todos y cada uno de aquellos momentos que vivimos juntos. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo puedo afirmar que aquellos fueron los meses más felices de mis años universitarios, pero desdichados humanos, solo nos damos cuenta de lo bueno, cuando ya nos lo han quitado.
Si, guardo grabados a fuego todas y cada una de esas excursiones, esos momentos. Como aquella puesta de sol en Urbasa cuando buscabamos  capturar el ultimo rayo verde o cuando pretendiamos, infelices de nosotros, dormir en una cabaña de pescadores en Irati y acabamos acampando de prestado. O cuando vagabamos perdidos por el barranco de Berrendi, agotados tras 7 horas de aventura. Incluso aquella ultima travesia Fuenterrabia-SS, en la que yo, ahogada por la relación, me desmoronaba interiormente, la recuerdo hermosa y llena de vida. Dias después te decia adiós en un odioso café de la Plaza del Castillo. La Plaza del Castillo...
Todo el amor, admiración y respeto que sentía por ti no eran suficientes para luchar contra esa egoista ansia de libertad que me oprimía. Fui sincera conmigo misma pero no fui leal contigo. Después de todo lo que de ti recibi, te eche mezquinamente de mi vida, sin posibilidad de réplica, sin que comprendieras siquiera  que demonios estaba pasando. Se que lo hice mal, que te hice daño,  pero ese instinto egoista de supervivencia, de salir de aquello cuanto antes, no me dejaba ir a tu lado a ayudarte. Me fui sin volver la vista atrás.
Pero, paradojas de la vida, mientras tu probablemente has borrado todo aquello de tu mente, a mi sigue todavia torturándome ese sentimiento de culpa, de traición. Por eso hoy, casi cuatro años más tarde, me atrevo a pedirte perdón, a prometerte que la próxima vez tendré el valor de enfrentarme al dolor ajeno. Sólo asi (o quizá no) podré quitarme de encima esta maldita sombra que me oprime desde entonces el corazón. 
Asi has venido a mi mente esta noche.
                                                                  México 1998

martes, 3 de junio de 2008

Ellas

Salgo de trabajar, acelero el paso porque llego tarde a la cita. Podría hacer un resumen previo de la tarde, pero corro para llegar a tiempo. Sé de qué hablaremos, casi puedo adelantar qué y quien lo va a decir. Sé que discutiremos de trabajo, de hombres, de sexo, de vacaciones, moda, de kilos, de deporte, de libros....del Hola.....De antemano adivino qué me van a contar y qué voy a decir yo, pero voy deprisa...no quiero perderme nada.Quiero oirlas otra vez y que me escuchen a mi. Sé que nos vamos a reir. Lo sé todo antes de ir...y, sin embargo, llego corriendo. Están todas. Y las reconozco como son; divertidas, trabajadoras, sensatas, inteligentes y llenas de sueños.Me reciben con una gran sonrisa. Estoy feliz con ellas. Estoy con mis AMIGAS....
S.O.